lunes, 6 de septiembre de 2010

Tarta de queso para principiantes y dummies


Aunque hace bastante que no me paso por aquí, teniendo en cuenta que empieza el nuevo curso y que tendremos poquito tiempo para quedar como Dios ante amigos, familiares y deudos, os pongo una receta que gusta a todo el mundo (¡verídico!) y que es tan sencilla de hacer que hasta da vergüenza.

Ingredientes
1 tarrina de queso de untar tipo Philadelphia (250 gramos), 3 yogures naturales, 3 huevos medianos, 50 gramos de harina, 150 gramos de azúcar y mantequilla para el molde.

Elaboración
Pon el horno a calentar a 175º C. Unta el molde con mantequilla, espolvorea un poco de harina y azúcar, repártelo por el molde y desecha lo que no quede adherido a la mantequilla. Reserva el molde.

Mezcla en un cuenco amplio todos los ingredientes, el queso, los yogures (puedes sustituir alguno por un yogur de limón u otro sabor), los huevos, la harina y el azúcar, y bate con la batidora de mano hasta obtener una crema fina.

Vierte la masa en el molde e introdúcelo en el horno cuando esté a la temperatura marcada. Deja cocer una media hora, dependerá del grosor que le hayas dado y si ves que se tuesta mucho, cúbrela con papel de aluminio.

La tarta de queso estará hecha cuando introduzcas un palillo y salga limpio. Cuando retires la tarta del horno, déjala enfriar y después resérvala en el frigorífico, es cuando adquirirá la particular textura de las tartas de queso.

Para quedar aún mejor, sírvela con coulis de frambuesa. Aunque parezca una cosa complicada y uno de esos afrancesamientos innecesarios para el cocinero de hoy (toma ya), aquí está la receta... para dummies. Pasteleros de verdad, no me lapidéis.

Necesitáis mermelada de frambuesa, o cualquier otra fruta, al gusto. Las de frutas rojas tipo fresas le van muy bien. Se hierve la mermelada con un poco de agua, hasta que se mezcle bien y adquiera textura de sirope. Se cuela encima de la tarta, ¡y listo!

miércoles, 28 de julio de 2010

Magdalenas de doble chocolate, o la perfecta receta de la bruja comeniños


Venid, niños, venid...


Hoy toca engordar. Toca olvidarse la la operación bikini, y celebrar nuestros michelines, celulitis, cartucheras y barriguitas. De primero, niño asado al más puro estilo Hansel y Gretel. Y como con la crisis y tal es imposible construir una casita de chocolate, lo mejor para atraer a niños gorditos y suculentos es preparar magdalenas de doble chocolate.


INGREDIENTES :

1 y 1/2 tazas de harina repostería
1/3 taza cacao sin azúcar
1 cucharada de levadura en polvo
1 cucharadita de canela en polvo
1/2 taza de azúcar
185 grs. de chocolate blanco troceado
2 huevos grandes
1/3 taza de aceite de girasol
1 taza de leche


PREPARACIÓN :

Calentar el horno a 200º.
Engrasar unos moldes de magdalenas, o simplemente papelitos para magdalenas con forma.

Mezclar la harina, cacao , levadura y canela en un bol grande. Incorporar el azúcar
y 125 grs de chocolate blanco en trocitos. No lo cortéis muy pequeñito, que si no no se nota.

Batir los huevos y el aceite en otro bol, añadir la leche y mezclar con los ingredientes secos, la harina y esas cosas. Repartir la masa en los moldes.

Hornear durante unos 20 minutos, o hasta que crezcan y estén esponjosas.

Sacar, dejar enfriar y desmoldear.

Fundir el chocolate blanco al baño María . Verter sobre las magdalenas y dejar enfriar. Espolvorear con cacao sin azúcar, o si queréis, canela, y servir.

jueves, 22 de julio de 2010

Tarta de manzana: saca la abuela que llevas dentro


Como primer postre que se va a poner en este blog, creo que merece que sea un homenaje al postre primigenio, la tarta más conocido en todo el mundo, fácil de hacer, barata y con la que triunfas siempre: la tarta de manzana.

A todo el mundo le gusta. Los ingredientes se encuentran con facilidad, son baratos y al no ser de temporada, se encuentran en cualquier momento del año. Es probablemente una de las tartas más antiguas, tanto, que hasta tiene su propia historia:



Siendo desconocido el origen de la tarta de manzana, es de
suponer que apareció espontaneamente en los países de Europa donde existía una
tradición de tartas con relleno y donde se cultivaban manzanas.

En
Inglaterra el libro de cocina Forme of Cury, editado en torno a 1390 por los
cocineros de Ricardo II de Inglaterra, cita una receta de tarta de manzana
llamada tartys in applis. Siendo ese rey miembro de la Casa de Plantagenet, las
artes culinarias de la corte británica en dicha época eran de tradición
anglo-normanda y habían sido traídas del continente donde existía, a diferencia
de las Islas Británicas, una larga tradición gastronómica heredada de la cuenca
mediterránea. Según esa receta los ingredientes a colocar en la masa son
manzanas, peras, higos y uvas pasas. El relleno se teñía con azafrán y se cubría
la tarta con una oblea de masa.

A partir del siglo XVI se diseminó la
receta a lo largo de las colonias inglesas y los colonos británicos, franceses y
holandeses la llevaron al otro lado del Atlántico a países como Estados Unidos
donde ya en el siglo XVII era ya un postre muy popular. De estas primeras
recetas traídas por los colonos a la actual «American apple pie», símbolo
nacional, poco se modificaron las variantes existentes a lo largo del
territorio.


Tarta de manzana holandesaEn Francia la receta de la
tarta de manzana, llamada entonces torta (tourte en francés), aparece en 1651 en
el libro El cocinero francés, de François Pierre de La Varenne. Las manzanas se
cocían previamente con mantequilla. Se perfumaba con "agua de flores" y se
espolvoreaba azúcar antes de hornear. La receta indicaba que se podía cubrir la
tarta con tiras de masa.

En Holanda la tarta de manzana (appeltaart en
neerlandés) es probablemente igual de antigua y aparece en un óleo de 1626.
Tradicionalmente el relleno consta de manzanas y pasas perfumadas con zumo limón
y canela, y la tarta es recubierta con tiras de masa entrecruzadas.

En
Venezuela el pastel de manzana es una especie de strudel de manzana individual
que hornean todas las panaderías a diario a la hora del desayuno y la merienda.
No llevan canela ni ninguna otra especie, solo manzanas, azúcar y grasa, y como
la pasta lleva azúcar, la parte superior generalmente sale del horno con un
apetitoso color caramelo.



Wikipedia dixit.

Es hasta un triste símbolo de la generación de entre Espinete y la Playstation: véase, si no, esa joya del séptimo arte llamada "American pie".

Y también es el título de una de mis canciones favoritas: Don MacLean, deléitanos.

Vayamos a la receta. Yo voy a poner la que de toda la vida de Dios se ha hecho en mi casa, que está buenísima y me recuerda a esas tardes (¡snif!) de cocina con mi madre.

Ingredientes

Masa quebrada dulce
200 gramos de harina floja o de repostería, 100 gramos de mantequilla, 1 huevo, 50 gramos de azúcar glass y una pizca de sal.

Crema pastelera
1/2 l. leche
4 huevos (sólo las yemas)
100 g. azúcar
50 g. harina fina de maíz (Maicena)
50 g. azúcar avainillado
Canela en rama

Dos manzanas hermosas o tres pequeñas, mejor reinetas

Mermelada de albaricoque

Cómo se hace:

Masa quebrada
La elaboración de la masa quebrada es muy sencilla, pon en un cuenco la harina tamizada y añade la mantequilla pomada, mezcla ambos ingredientes con la yema de los dedos hasta obtener una mezcla arenosa. Seguidamente incorpora la sal y el azúcar en las proporciones deseadas y el huevo, mezcla con las manos hasta que la masa se una, haz una bola con ella y colócala en un cuenco cubierto con film transparente para dejarla reposar en el frigorífico durante una hora, así tomará consistencia.

Con esta masa, forrar un molde redondo previamente cubierto con mantequilla y espolvoreado con harina, para que no se pegue.

Crema pastelera
En un cazo ponemos a calentar la leche y la aromatizamos con dos ramas de canela hasta que hierva.

En otro recipiente, mezclamos las yemas de los huevos con el azúcar y el azúcar avainillado. Una vez lo hayamos agitado bien, introducimos la harina de maíz y seguimos trabajando bien la crema.

A continuación, ponemos el cazo en el fuego y añadimos la leche aromatizada bien caliente. Vamos agitando constantemente y cuando arranque el primer hervor, lo apartamos del fuego. Hay que seguir removiendo de vez en cuando hasta que se enfría. Una vez está fría ya está lista para utilizar para cualquier postre.

Con esta crema hay que tener paciencia, porque se corta o le salen grumos enseguida. Le podéis dar un repaso con la batidora para que quede más fina. Cuando esté hecha, rellenar con esta crema el molde de la tarta ya forrado.

Recubrir con rodajas finas de manzana y echarle por encima un poco de mermelada para que tome color, y meter en el horno precalentado a 160º durante más o menos media hora, o hasta que se dore y la masa se endurezca.





jueves, 15 de julio de 2010

Bienvenida y receta para el azúcar avainillado


Este blog, creado para la asignatura de Telemática y Redes, podría haber tratado de muchas cosas, ya que la temática no tenía por qué ser específica. Podría haber tratado de cosas más serias, como noticias, política... O de cosas gafapastas, como por ejemplo, la forma más moderna de llevar zapatillas pisahuevo por la calle Fuencarral. Incluso, podría haber tratado acerca de la amplitud de vocabulario de Belén Esteban. Todas estas cosas me granjearían un gran público. Pero, ¡qué demonios! Este es mi blog y puedo publicar en él lo que quiera. Y lo que quiera, en este caso, es una de las cosas que más me gustan: los postres. Me encantan los postres, me encanta cocinarlos, regalarlos, y comerlos. Aún no sé cómo no tengo una diabetes galopante, en fin.


El título del blog viene de uno de los ingredientes que todo buen repostero ha de tener: azúcar avainillado. Es muy fácil de hacer y muy práctico, ya que sirve para dar un toque de vainilla a los postres: no es lo mismo servir natillas que servir: "crema de los ángeles al toque de vainilla", poniéndonos un poco en plan nouvelle "pedante" cuisine. Se hace guardando en un bote de cristal azucar glass con una ramita de vainilla. Fácil, barato y para toda la familia: ¡hasta sirve para dar un sabor especial a las infusiones!



Se pone una vaina por cada 200 gramos de azúcar. No merece la pena ir a comprar azúcar glass, ya que se puede hacer amortizando la maquinilla de café. Se deja reposar unos días, bien cerrado, y cuando al abrirlo huela maravillosamente a vainilla es que está hecho.

Iré publicando poco a poco recetas de postres sencillos, fáciles de hacer y que no necesiten, en general, ingredientes raros: no esperéis nada que lleve leche de uakarí liofilizada.


Espero que os guste: se acepta cualquier tipo de crítica, sugerencia y similares, así que no os cortéis.